El sector minorista ocupa una posición clave en la cadena de suministro: en el centro, mirando hacia atrás (el proveedor y el productor), y hacia delante (el consumidor).
Por tanto, los supermercados tienen una gran influencia en ambos extremos. Sus acciones y decisiones relativas a la calidad y cantidad de los productos alimentarios dictan las de los proveedores. A través de sus políticas de compras y pedidos, descuentos, niveles de servicio, etc., influyen tanto en el consumo como en el desperdicio de alimentos. Los supermercados determinan la cantidad de alimentos que compramos, cómo los almacenamos y cocinamos, y qué productos alimenticios tenemos a nuestra disposición y en qué forma.
Los alimentos se desperdician en el comercio minorista debido a la limitada vida útil de los alimentos perecederos, la variabilidad de la demanda, sobre todo de productos frescos, el exceso de existencias, la mala previsión de ventas que crea excedentes y los envases dañados. También esta el problema de la excesiva especificación de las normas cosméticas de las frutas y hortalizas frescas, que pueden ser rechazadas por ser demasiado pequeñas, demasiado grandes o por variar demasiado de tamaño, por ser torcidas, deformes, "feas", del color "equivocado" o por tener manchas o marcas en la piel.
¿Qué pueden hacer los minoristas para reducir los residuos?
Los minoristas tienen el poder de reducir el desperdicio de alimentos en las tiendas e influir en otros eslabones de la cadena de suministro. Algunos minoristas están dando pasos en la dirección correcta, como el lanzamiento de líneas de frutas y verduras "feas". Sin embargo, es necesaria una acción más significativa y las medidas deberían incluir:
Publicación de datos auditados sobre el desperdicio de alimentos para poder comparar entre minoristas. Un proyecto financiado por la UE, REFRESH, estudió cómo el sector minorista mide y gestiona el desperdicio de alimentos y descubrió una falta generalizada de datos sobre el desperdicio en los supermercados de toda Europa. También existe una falta de conocimientos sobre cómo utilizar estos datos en un programa eficaz de control y mejora de los residuos. Una investigación de la entidad de Feedback en Reino Unido descubrió que, a pesar del liderazgo de unos pocos minoristas, muchos van a la zaga en los pasos más básicos, como la publicación de sus datos sobre residuos alimentarios o la conversión de los excedentes de alimentos en piensos para animales. Y ninguno está abordando adecuadamente las formas en que el modelo de negocio de los supermercados provoca el desperdicio de alimentos en el hogar debido a las confusas etiquetas con las fechas y a las estrategias de marketing que fomentan la compra excesiva. Tampoco analizan los datos sobre el desperdicio de alimentos de sus clientes, que podrían utilizarse para crear estrategias que ayuden a reducir el desperdicio en los hogares.
Suscribir el Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3 de la ONU de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030.
Colaborar con los productores para gestionar las cosechas abundantes.
Mejorar los mecanismos de previsión y pedido.
Trabajar de acuerdo con la "jerarquía de uso de los alimentos" y dar prioridad a la prevención.
Redistribuir los alimentos a organizaciones benéficas y bancos de alimentos.
Destinar los excedentes alimentarios a la alimentación animal.
Flexibilizar las especificaciones cosméticas de las líneas estándar, no sólo de las frutas verduras "feas", y ampliar las gamas cosméticamente "imperfectas".
Colaborar con los fabricantes de alimentos para mejorar los envases y aumentar su vida útil.
Ayudar a los consumidores a reducir el desperdicio de alimentos. Las tiendas tienen muchos trucos para incitarnos a comprar más de lo previsto. Si es posible, planifique antes de comprar, utilice una cesta o un carrito pequeño para hacer la compra, ya que cuanto más grande sea el mismo, más probable será que compre más. Igualmente, compre productos locales y de temporada en la mayor medida de lo posible, compre lo que necesite, compre alimentos "imperfectos" y este atento a las ofertas promocionales, como "Compre uno y llévese otro gratis".
Hay supermercados cooperativos que ya están implementando medidas para tener "desperdicio cero". No obstante, considere la posibilidad de reducir su dependencia de las cadenas de supermercados. Los estudios han demostrado que la mayoría de nuestros alimentos se compran en los grandes supermercados, y menos en tiendas más pequeñas y mercados de agricultores (agroecológicos). El desperdicio de alimentos tiende a ser mayor cuando la gente compra exclusivamente en grandes supermercados, disminuye cuando la compra se realiza en pequeñas tiendas y mercados locales, y es menor cuando la gente también cultiva sus propios alimentos. Los consumidores que compran verduras locales con regularidad tienden a desperdiciar mucho menos (hasta un 90%). Los alimentos cultivados en casa se tiran menos porque la gente es más consciente del tiempo y el esfuerzo invertidos en producirlos.
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