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Los mercados agroalimentarios fomentan comunidades más sanas

Del campo al plato, los mercados agroalimentario influyen en múltiples factores sociales que refuerzan el bienestar de la comunidad y del planeta.


Durante siglos, los mercados han ocupado un lugar especial, íntimamente relacionados con el desarrollo urbano y cultural, dando forma a nuestras ciudades y comunidades. Sin embargo, con la llegada de la industrialización al sector alimentario, los mercados tradicionales empezaron a decaer en favor de los supermercados. Este cambio no sólo distanció a los consumidores de los productores, sino que también erosionó nuestra comprensión de los orígenes de los alimentos.


Entonces, ¿cómo contribuyen los mercados a la salud de la comunidad?


La salud no es sólo la ausencia de enfermedad, sino "un estado de completo bienestar físico, mental y social, tal como lo definió la Organización Mundial de la Salud en 1948". Con el tiempo, nuestra comprensión de la salud se ha ampliado aún más, reconociendo el gran impacto de los factores sociales en la salud pública.


Los determinantes sociales de la salud engloban factores que influyen en nuestra salud (a corto y largo plazo), como la estabilidad económica, la educación, el acceso a la atención sanitaria, el entorno vecinal y el contexto comunitario. Las investigaciones indican que estos factores influyen en la salud a veces más que la atención sanitaria o las opciones de estilo de vida.


Los mercados también contribuyen a la "alfabetización alimentaria", conocimientos cruciales para apoyar el dominio de habilidades y conocimientos relacionados con la alimentación, mejorando la educación. Los mercados ofrecen una gran ventaja sobre otros espacios de compra de alimentos: ofrecen un espacio para que los consumidores interactúen con los productores de los alimentos que consumen. En este sentido, los mercados son un lugar donde adquirir conocimientos críticos sobre los alimentos en un entorno informal y empírico. Desde probar nuevos alimentos hasta consejos básicos sobre cómo cocinarlos, las personas productoras también pueden compartir su lucha contra una determinada cosecha o el cambio climático.


Estos intercambios hacen accesible la educación alimentaria a miembros de la comunidad que de otro modo no podrían acceder a esta información.


Haciendo suya la máxima de Hipócrates de que "la comida es tu mejor medicina", los mercados prosperan ofreciendo alimentos de alta calidad. En las largas cadenas de suministro, las frutas y verduras se recogen prematuramente para facilitar su transporte, sacrificando sabor y nutrientes. En cambio, las personas agricultoras seleccionan los productos en su punto óptimo, a menudo justo antes del día de mercado, lo que garantiza su frescura y la máxima nutrición.


Los mercados también fomentan la alimentación de temporada, lo que beneficia tanto a la salud como al medio ambiente. Estos alimentos ricos en nutrientes, junto con la ausencia de opciones ultraprocesadas, fomentan una dieta centrada en las plantas, que se ha demostrado científicamente que reduce la inflamación y las enfermedades crónicas.


Además, los mercados benefician la salud de agricultores y productores. La agricultura a pequeña escala permite la recolección manual, reduciendo riesgos como el uso de pesticidas y maquinaria pesada. Los mercados locales garantizan un mayor control sobre la elección de los productos y el uso de plaguicidas en comparación con las explotaciones a gran escala, donde los plaguicidas rentables pueden suponer riesgos para la salud tanto de las personas como del medio ambiente.


Además, los mercados funcionan a pequeña escala. Esto significa que pueden estar situados en barrios, lo que facilita el acceso a los miembros de la comunidad, a menudo a pie. Esto es muy beneficioso en zonas urbanas consideradas desiertos alimentarios. Al estar situados más cerca del consumidor, los mercados permiten hacer la compra con más frecuencia, lo que se ha demostrado que reduce el desperdicio de alimentos, ya que las personas están más dispuestas a comprar exactamente lo que necesitan para ese día y a utilizar los productos inmediatamente, minimizando su deterioro.


Así, los mercados apoyan la estabilidad económica al permitir compras más pequeñas y frecuentes y la venta directa para los productores, lo que puede mejorar su bienestar financiero. Los mercados también crean puestos de trabajo con bajas barreras de entrada, vitales para las comunidades, especialmente en lugares sin redes de seguridad social sólidas. La menor escala de los mercados también implica una cadena de suministro más corta, que se ha demostrado que se recupera más rápidamente y resiste los embates de la volatilidad económica.

El mercado agroecológico de Zaragoza, que lleva alrededor de 14 años en funcionamiento, pone a disposición de la ciudadanía productos sanos, sostenibles y justos, ofreciendo al mismo tiempo oportunidades rentables a los productores. Además, aumenta el valor emocional y cultural de los alimentos dentro de la comunidad. Este mercado se celebra cada sábado en la Plaza del Pilar de Zaragoza de 9:00 a 14:00 horas (de 8:00 a 13:00 en verano).

Otros mercados como este pueden encontrarse en la Plaza San Francisco de Zaragoza y en Puerto Venecia, al igual que en otras ciudades de nuestro territorio, como Teruel, Barcelona, Valencia, Córdoba o Granada.


Tu participación puede marcar una gran diferencia, no sólo en tu propia salud, sino también en la vitalidad de tu comunidad y en la preservación de los conocimientos alimentarios tradicionales. Encuentra tu mercado más cercano: al tiempo que apoyas la salud de tu comunidad, ¡descubrirás el sabor único de tu biodiversidad local! ¡Disfrutala!

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