Resolver el problema mundial del desperdicio de alimentos es un imperativo desde todos los aspecto y el tiempo apremia si queremos alcanzar el ODS 12.3 de las Naciones Unidas y reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita y a reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro. Para ello, pensamos que los sectores de la hostelería y la restauración tienen un papel fundamental que desempeñar como punto de entrada a toda la cadena de valor de cara al consumidor, el sector de la hostelería y la restauración se encuentra en una posición única para trabajar tanto con los productores como con los transformadores de alimentos.
Esta es la premisa de la que hemos partido en nuestro nuevo estudio, en el que hemos investigado los ocho principales empresas de restauración colectiva en España (Serunión, Mediterránea, Sodexo, Aramark, Compass Group, Ausolan, Arcasa, Albie) para abordar el desperdicio de alimentos en toda la cadena de suministro (desde su producción hasta su pos-consumo por parte de los usuarios).
La puntuación de cada empresa puede encontrarse con más detalle aquí, pero los resultados son decepcionantes.
A pesar de las muchas iniciativas loables para hacer frente al desperdicio de alimentos, las empresas de restauración colectiva y social no han conseguido hasta ahora reducir con éxito los residuos en sus cadenas de suministro, cocinas y centros.
Este informe ha revelado que, a pesar del liderazgo de algunas empresas, todavía queda mucho trabajo por hacer y muchas se han quedado atrás en los pasos más básicos para avanzar en la reducción del desperdicio de alimento, como la publicación de datos transparentes y la distribución de excedentes alimentarios para fines humanos.
Esto nos lleva a preguntarnos: ¿es posible un desperdicio cero en la restauración colectiva, tal y como algunas marcan entre sus objetivos? Las pruebas actuales sugieren que los modelos de negocio de las empresas, su estructura de propiedad y su influencia en el mercado conducen intrínsecamente a la generación de residuos desde la granja hasta la mesa. Este informe es un reto para que las empresas estudiadas y otras de menor tamaño y escala, las cuales todavía tienen trabajo por delante si su modelo de negocio quiere formar parte de una estrategia de prevención y reducción del desperdicio de alimentos que beneficie a las personas y el planeta.
Es hora de reconocer esta falta de acción por parte de las empresas más importantes de nuestro sistema alimentario. Pero queremos serles también de ayuda, por ello, hemos elaborado una serie de recomendaciones que esperamos que les sirvan de guía para abordar este problema y conseguir comidas de alta calidad que sean más saludables y sostenibles. Desperdiciar menos permite a los usuarios comer mejor y estar más satisfechos.