El 42% del desperdicio de alimentos en Europa se produce en el hogar. Esto significa que como consumidores podemos marcar la diferencia en beneficio de nuestro bolsillo y del planeta. Así que, toma nota de algunas ideas y prácticas fáciles que podemos hacer en casa para desperdiciar menos.
¡Vayamos de compras!
Planifica previamente tu compra. Revisa el armario, el frigorífico y el congelador antes de ir a comprar y haz una lista de la compra. Si no eres de los que hacen listas, haz una foto del armario, la nevera o el congelador con el móvil para no comprar lo que ya tienes.
Compra lo que necesites. Si es posible, utilizauna cesta o un carrito pequeño para hacer la compra, ya que cuanto más grande sea el carrito, más probable es que compremos más. Evita comprar cuando tengas hambre o sed: toma un vaso de agua y un tentempié antes de salir.
Desconfía de las ofertas promocionales, como "compre uno y llévese otro gratis", y evite las compras impulsivas. Evita las compras en caja, ya que estos estantes son una de las zonas más rentables de una tienda y donde tendemos a comprar alimentos que realmente no necesitamos.
Compra productos de proximidad y de temporada. Los alimentos producidos localmente acortan la cadena de suministro y limitan la probabilidad de que se estropeen durante el transporte.
Compra frutas y verduras "feas". Las zanahorias son rectas, la coliflor blanca... Pero eso es justo lo que estamos acostumbrados a ver en los supermercados. La coliflor, por ejemplo, se vuelve amarilla de forma natural al sol. En países como el nuestro, el desperdicio de alimentos se debe principalmente al comportamiento de los consumidores y a las normativas restrictivas del comercio minorista. Pero todos podemos cambiar nuestras expectativas. Hasta ahora, las frutas y hortalizas "feas" han sido rechazadas por las estrictas normas del comercio minorista, lo que supone 50 millones de toneladas desechadas en toda Europa cada año. Pero los consumidores empiezan a darse cuenta, y cada vez más supermercados ofrecen frutas y verduras deformes a precios rebajados. ¡Aprovecha estos descuentos! Los tomates feos son perfectos para hacer un gazpacho o una mermelada.
Al volver a casa:
Descarga la compra rápidamente y guárdala en el lugar adecuado. Utiliza el frigorífico, teniendo en cuenta dónde los guardas, ya que la temperatura puede variar de arriba a abajo y congela los alimentos que no vayas a consumir de inmediato. Congelar los alimentos es una forma estupenda de alargar su vida útil y reducir el desperdicio de comida en casa. ¿Has cocinado demasiada pasta? ¿Has comprado demasiado pan? No te preocupes, mételos en el congelador y llévalos cuando te apetezca una comida rápida y sin complicaciones. Otros alimentos que se pueden congelar fácilmente son el yogur, la carne, el pescado, los huevos, los productos horneados, los caldos y las sobras de comida.
Explora nuevas cocinas. Ampliar tus conocimientos culinarios puede ser una forma divertida de reducir el desperdicio de comida en casa. Los ingredientes que no encajan en ninguna receta que conozcas pueden dar lugar a un plato fantástico de otra parte del mundo. Aprender nuevas técnicas y recetas de cocina también puede ayudar a romper la monotonía de repetir los mismos ingredientes para hacer las mismas comidas. ¿No sabes qué hacer con media berenjena? Métela en el horno y conviértela en Baba Ganoush. Cuanto más sepa, más fácil le resultará preparar una buena comida con muy poco. Visitar tiendas de productos étnicos es una buena manera de averiguar qué ingredientes especiales tiene a su disposición. Además, muchos de estos alimentos vienen con recetas.
Utiliza las sobras. Tener a mano un par de recetas aptas para las sobras puede ayudar a dar una nueva vida a estos alimentos. Las recetas que pueden incorporar una variedad de ingredientes son tus mejores amigas: los salteados, el curry y los platos de pasta, por ejemplo, pueden funcionar bien con una amplia gama de verduras. Las frutas pueden convertirse en productos horneados como pasteles, tartas o incluso mermeladas y conservas. El arroz sobrante es un buen arroz frito, y el pan duro puede convertirse en picatostes o pan rallado, mientras que la carne sobrante puede utilizarse en sándwiches y ensaladas.
Recicla los restos de comida inevitables. El compostaje es un tratamiento biológico que recicla el valor nutritivo de los restos de comida y los convierte en material que puede utilizarse para cultivar nuevos alimentos en su huerto. Los cubos de compostaje están muy extendidos y no ocupan mucho espacio.
Conciencia a la gente, no desperdicie alimentos. Promueva la importancia de reducir el desperdicio de alimentos entre sus amistades, familiares y vecinos para animarles a reducir también su huella de desperdicio de alimentos.
¿Has probado ya alguno de estos consejos para reducir el desperdicio de alimentos en casa?
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