El pasado miércoles, 4 de septiembre, se publicó un documento que esbozan las medidas necesarias para que la agricultura europea sea más justa, verde, sana y sostenible. Es la culminación de un proceso de siete meses conocido como «Diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE».
¿Qué es el «Diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura de la UE»?
Durante su discurso sobre el estado de la Unión, hace casi exactamente un año, la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció el Diálogo, afirmando que este foro es necesario para hacer frente a la creciente polarización entre agricultura y naturaleza.
El anuncio se produjo en un momento en que un conjunto de políticas y legislación en el marco de la Estrategia «De la granja a la mesa» - muy denostada por las grandes empresas agrícolas pero apoyada por grupos de la sociedad civil - debía publicarse, pero luego fue silenciosamente archivada y esperamos que se retome en estos próximos meses. Los defensores de los sistemas alimentarios sostenibles vieron en el anuncio de von der Leyen una señal de que el ejecutivo daba marcha atrás en las reformas ecológicas.
El Diálogo se puso en marcha en enero de 2024 y reunió a 29 importantes partes interesadas del sector agroalimentario europeo, la sociedad civil, las comunidades rurales y el mundo académico. Entre ellos se encuentran los poderosos grupos de presión agrícolas, como Copa y Cogeca, grupos industriales como FoodDrinkEurope y Fertilizers Europe, organizaciones ecologistas como la Oficina Europea del Medio Ambiente y Greenpeace, representantes de los trabajadores como la Federación Europea de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos y representantes de los consumidores.
Se les encomendó trabajar en cuatro temas clave relacionados con las perspectivas de las personas productoras y las zonas rurales, la preservación de los límites planetarios, las oportunidades de la tecnología y la innovación, y el futuro del sistema alimentario europeo.
¿Por qué es importante?
Porque el futuro de la agricultura está íntimamente ligado a nuestro propio futuro y bienestar. Así que las discusiones y debates sobre este tema nos afectan a todos y cada uno de nosotros.
Porque la agricultura ha moldeado profundamente - y sigue moldeando - nuestro clima y viceversa. Cómo, qué y dónde cultivamos los alimentos está vinculado a las emisiones de gases de efecto invernadero que están calentando el planeta, y cualquier ligera variación en la temperatura y las precipitaciones puede hacer o deshacer una cosecha.
Porque durante demasiado tiempo la agricultura se ha visto a través de un prisma muy estrecho - basado en la eficiencia y el rendimiento - a expensas de la salud humana y planetaria. Tenemos que cambiar esto urgentemente, pero un pequeño grupo de personas que se benefician enormemente del statu quo - y que, por tanto, han amasado más riqueza y poder que la mayoría de nosotros - luchan con uñas y dientes contra ello.
¿Dónde estamos ahora con el Diálogo Estratégico?
Este informe fue «adoptado por unanimidad» por sus miembros el 29 de agosto de 2024. El informe considera la agricultura como parte de todo el sistema alimentario, prevé cómo podría ser un sector agrícola europeo verde y próspero en los próximos 10 o 15 años, y ofrece recomendaciones a Bruselas y a los gobiernos nacionales.
De hecho, Von der Leyen se ha comprometido a incluir los resultados del diálogo entre las partes interesadas en una Visión para la Agricultura y la Alimentación, que se elaborará durante sus primeros 100 días.
Los participantes del foro volverán a reunirse en breve, tras haber propuesto la formación de un nuevo órgano consultivo: el European Board for Agri Food (EBAF).
¿Qué dice el informe?
Europa es el continente que más rápido se calienta del mundo y es urgente e imperativo reducir las emisiones, incluidas las procedentes de la agricultura. De hecho, el primero de los 10 principios políticos rectores que elaboraron los miembros del Diálogo Estratégico resume este sentimiento: «El momento del cambio es ahora».
El informe también reconoce que la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación está ejerciendo una presión significativa sobre la agricultura y la alimentación.
«El coste total de la inacción para la sociedad en su conjunto será mayor que el coste de la transición, y no hará sino aumentar a medida que se retrasen las medidas necesarias», afirma el informe.
Abordar el gran elefante que es la PAC
Probablemente sea la política agrícola europea más difícil de transformar, porque está muy arraigada y los que se benefician de ella son también los más poderosos, con capacidad para bloquear las reformas.
Múltiples estudios e informes han reprochado a la PAC muchas cosas, la principal de ellas sus ayudas desequilibradas que benefician a las grandes explotaciones y su mal comportamiento. Sin embargo, nada ha cambiado realmente, a pesar de que supone una enorme sangría para las arcas de la UE. Por ello, los miembros del Diálogo Estratégico están de enhorabuena por pedir su revisión. La Coalición Por Otra PAC ha publicado un análisis al respecto, pero el informe dice que «la futura PAC debería centrarse en estos objetivos centrales: 1) proporcionar apoyo socioeconómico dirigido a los agricultores que más lo necesitan; 2) promover resultados medioambientales, sociales y de bienestar animal positivos para la sociedad; y 3) vigorizar las condiciones propicias para las zonas rurales».
Reducir la dependencia de insumos no renovables, contaminantes y costosos
En parte se trata de recortar los gastos de importación, sobre todo de fertilizantes, pero también se reconoce que los pesticidas y fertilizantes químicos dañan el suelo y contaminan nuestro aire y nuestras aguas, por lo que hay que usarlos menos.
También pide a los líderes de la UE que pongan fin a la «práctica del doble rasero poco ético»: la práctica de los Estados miembros de enviar plaguicidas tóxicos prohibidos en la UE a países con normativas menos estrictas. De nuevo, esto es significativo porque Europa cuenta con algunas de las mayores empresas agroquímicas del mundo, con un poder de presión muy fuerte.
Es necesaria una transición hacia dietas más saludables
Existen numerosas menciones con respecto a productos «de origen vegetal». Incluso, figura entre uno de los principios rectores (el número 9). Esto es especialmente relevante dados los recientes y encarnizados debates con respecto al bienestar animal, el cual proponen recuperar en estos próximos meses.
El informe señala que «la mejora de los hábitos alimentarios es necesaria para el propio bienestar de los consumidores, por razones de protección de la salud pública, así como en beneficio del clima, el medio ambiente, el bienestar animal y la resistencia general del sistema agroalimentario».
También se menciona si el programa escolar de la UE, por el que los escolares reciben frutas, verduras, leche y algunos productos lácteos, «podría mejorarse para desempeñar un papel más importante» en la alimentación de los niños y las niñas. También destaca el papel de la compra pública alimentaria y la necesidad de revisar sus Directivas europeas.
Los sistemas alimentarios europeos tienen que ser justos y equitativos, y todo el mundo tiene derecho a unos ingresos decentes
El informe destaca que debe haber ayudas específicas para los agricultores más necesitados y condiciones laborales socialmente justas para los trabajadores agrícolas, que actualmente están terriblemente explotados.
La buena alimentación debe ser asequible para todos y los consumidores más vulnerables deben recibir ayudas para acceder a ella.
«Una transición sostenible, justa e integradora del sistema agroalimentario europeo es responsabilidad de toda la sociedad. Requiere una distribución justa de los costes de la transición, así como un enfoque sistémico holístico que reconozca y movilice las interrelaciones entre todos los actores y elementos del sistema.»
Se necesitan nuevas fuentes de financiación y nuevos organismos que supervisen las cuestiones clave
El informe aboga por la creación de 1) Un Fondo de Transición Justa Agroalimentario temporal al margen de la Política Agrícola Común (PAC) para acelerar la transición hacia la sostenibilidad del sector; 2) Un Fondo de Restauración de la Naturaleza para ayudar a los agricultores y otros gestores de tierras a restaurar y gestionar los hábitats naturales, y 3) Un Observatorio Europeo de Tierras Agrícolas para supervisar y mejorar la transparencia y la cooperación en torno a las transacciones de tierras.
El informe también destaca la necesidad de «reconocer y apoyar el papel de la innovación social», así como de un cambio de gobernanza más amplio que debe fomentarse con una nueva cultura de cooperación, confianza y participación de múltiples partes interesadas entre los agentes y dentro de las instituciones.
No obstante, el informe menciona muy poco sobre las desigualdades sistémicas y los desequilibrios de poder incorporados a los sistemas alimentarios modernos, como la asimetría de poder entre los pequeños agricultores y los grandes; los agricultores y los grandes compradores (procesadores, molineros, mayoristas, minoristas, etc); el «triángulo de hierro» en el que se basa el proceso de elaboración de la política agrícola de la UE, que se mantiene cerrado desde hace décadas entre el poder legislativo (Parlamento Europeo y parlamentos nacionales), el poder ejecutivo (ministerios nacionales y Comisión Europea) y el poder ejecutivo (Parlamento Europeo). Igualmente, apenas hay menciones a la pesca y la importancia, particular, de la pesca artesanal para la subsistencia del sector, así como a las producciones de montaña, las cuales también juegan un papel relevante frente a la despoblación y el mantenimiento de las economías rurales en muchas partes de nuestro país y Europa.
Más noticias seguirán en los próximos meses, así que permaneced atentos y atentas a otras noticias relacionadas.
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