El pasado 24 de marzo, la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA, por sus siglas en inglés) organizo un interesante evento, con una amplia gama de actores para debatir los diferentes aspectos de avanzar hacia comidas escolares saludables y sostenibles, y las implicaciones que esto puede tener para la política y la práctica.
En la introducción, Milka Sokolović, directora de EPHA, destaco el importante papel que puede jugar la compra pública alimentaria con el fin de abordar los desafíos más importantes de la actualidad para la salud y el bienestar: desde la obesidad hasta la crisis climática. De hecho, una de las características clave de la compra pública alimentaria es su potencial para impactar todos los diferentes componentes del sistema alimentario, puesto que no sólo tienen el potencial de influir en el consumo de alimentos, si no también en los patrones de producción de alimentos y, finalmente, generar múltiples beneficios sociales, económicos y ambientales que pueden contribuir a dietas más sostenibles y saludables.
Tras Milka, intervino Manuel Franco, investigador de la Universidad de Alcala de Henares y socio del proyecto SchoolFood4Change. Manuel destaco el papel de las políticas urbanas, teniendo en cuenta que en futuro se estima que el 75% de la población mundial vivirá en ciudades, y que parea ello se deben adoptar diferentes enfoques en todo el mundo, y específicamente en Europa.
En este sentido, los sistemas alimentarios escolares tienen una gran relevancia, ya que las escuelas son espacios que pueden servir para lograr múltiples beneficios para la salud, el medio ambiente y la sociedad que se derivan de servir mejores alimentos. Para ello debe establecerse un vínculo entre la salud y la sostenibilidad tanto dentro como fuera de la escuela.
Así, en la primera parte del evento aprendimos sobre diferentes iniciativas prometedoras en ciudades y escuelas en Reino Unido, a través del programa “Servir mejor”. Este programa impulsado por la entidad Eating Better, que reúne a sesenta organizaciones para transformar la forma en que producimos y consumimos alimentos, se centra en estrategias especificas replicables a otros centros debido a que han demostrado grandes beneficios y la necesidad de seguir buscando oportunidades para superar algunas barreras que han detectado, pues los niños y las niñas de Reino Unido no comen, en general, muchas verduras y hortalizas.
Lidón Martrat Sanfeli, coordinadora operativa de políticas alimentarias en el Ayuntamiento de Barcelona, explico el proyecto que están llevando a cabo para unos comedores escolares más saludables y sostenibles con el objetivo e promover una alimentación más equilibrada, sostenible y saludable para los niños y las niñas en las escuelas de Barcelona. Comenzaron con una prueba piloto con 6 escuelas y actualmente unas 46 escuelas forman parte del proyecto, que propone corregir una tendencia que se había detectado en la mayoría de centros educativos. En general, ninguna escuela cumplía la frecuencia mensual recomendada de consumo de un máximo de 6 raciones de carne y un mínimo de 6 raciones de proteína vegetal en el segundo plato. Y casi 7 de cada 10 escuelas no ofrecían ninguna proteína vegetal como segundo plato, y 3 de cada 10 no ofrecían proteína vegetal ningún día de la semana. Desde el proyecto adoptan un enfoque holístico, trabajando con toda la comunidad educativa para transformar sus comidas.
Finalmente, Andrea Magarini, coordinador de políticas alimentarias en la ciudad de Milán, presentó cómo la ciudad de Milán está reduciendo las emisiones de CO2 en sus comedores escolares. La ciudad, líder en políticas alimentarias, ya ha conseguido reducir un veinte por ciento las emisiones de CO2 de sus comedores escolares en cinco años. Según los cálculos de Milán, esta reducción de las emisiones de CO2 equivale a sacar de circulación unos 12.700 coches. Esto lo ha hecho trabajando con el proveedor de los comedores escolares para desarrollar menús que fueran equilibradas entre la salud y la sostenibilidad, cambiando los menús de alimentos como la carne roja y hacia ingredientes de origen vegetal o carnes con una menor huella ambiental, como el pavo.
En la segunda parte del evento, escuchamos las conclusiones de la experimentación de un menú vegetariano semanal en la restauración escolar que han llevado a cabo durante los dos últimos años en Francia, en el marco de la ley EGAlim. La Agencia Francesa de Salud y Seguridad Alimentaria, Ambiental y Ocupacional (Anses) indica que un menú vegetariano semanal en los comedores escolares puede contribuir a cubrir todas las necesidades nutricionales de los niños, siempre que sea equilibrado y que la oferta vegetariana tenga más en cuenta los beneficios de las legumbres y los cereales integrales. A este respecto, esta experiencia científica proporciona información para establecer recomendaciones en el contexto de experimentar con el menú «vegetariano» en la restauración escolar. Sin embargo, hace falta un seguimiento para obtener datos adicionales.
También se expusieron experiencias en Dinamarca y Suecia con respecto a las recomendaciones dietéticas para las comidas en las escuelas, que sean también respetuosas con el clima. En Suecia, las comidas escolares son totalmente subvencionadas y se sirven diariamente a niños y niñas de entre 6 y 16 años. Esto supone un total de 200 millones de comidas/año. Como parte de la experiencia sueca, se presentaron los resultados de tres intervenciones que realizaron. No obstante, para escalar con éxito el proyecto en otras partes de Suecia y otros países europeos hacen falta más recursos e inspiración; mayor participación de los interesados; centrarse también en las cenas (con la familia) y desarrollar herramientas automatizadas para la planificación de comidas.
La representante de la Federación Europea de Asociaciones de Dietistas-Nutricionistas (EFAD) termino con algunas reflexiones sobre dietas saludables y sostenibles en los centros escolares en base a su posicionamiento publicado en octubre de 2021.
El evento termino con la intervención de representantes de la Comisión Europea para exponer la Estrategia de la granja a la mesa y las vías que tienen previstas para definir los criterios mínimos obligatorios para la compra sostenible de alimentos en escuelas y otros centros públicos, incluidos los de las administraciones, así como la estrategia de la Unión Europea sobre los Derechos del Niño, con el objetivo de garantizar al menos una comida saludable cada día escolar para los niños y las niñas en situaciones de vulnerabilidad.
Para terminar, Holly Ripin, de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles, destaco que las instituciones públicas deben predicar con el ejemplo e influir en el cambio de comportamiento. Para encontrar inspiración al respecto, recomendamos la lectura de los volúmenes 1 y 2 de esta publicación. Algunas ciudades ya están liderando el camino, como es el caso de la ciudad Copenhague o Gante, y es que las políticas de servicios y compras públicas de alimentos saludables en las escuelas son clave en muchos países, incluidos en países en vías de desarrollo. Es por ello, que la colaboración con actores nacionales es clave para comunicar los resultados de las iniciativas que se van llevando a cabo.
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