Como ya venimos informando desde el pasado año 2016, la Unión Europea está preparando un Pliego de Compras verdes de alimentos y caterings. Este Pliego, que marcará un antes y después en las contrataciones públicas, tiene como objetivo asegurar que las administraciones públicas se comprometan a integrar en la compra de alimentos y los caterings las políticas medioambientales que la Unión Europea quiere implementar como parte de su contribución a la lucha contra el cambio climático, y favorecer una mejor salud pública y salud ambiental.
La Mensa Cívica, como parte interesada, ha estado contribuyendo al proceso mediante su asistencia a las dos reuniones que se han celebrado (la primera el 8 de marzo de 2016 en Sevilla, y la segunda el 23 de febrero de 2017 en Bruselas), así como comentando los diversos informes sobre el tema.
Con la reciente publicación del tercer informe, la Mensa Cívica (con la ayuda de otros agentes implicados en el trabajo) analiza a continuación el estado actual del Pliego en referencia a las propuestas realizadas en materia de (1) productos de montaña, (2) la pesca artesanal de litoral sostenible – como sistemas que defienden los ecosistemas tradicionales de montaña y marinos, respectivamente, y que evitan el uso excesivo o indebido de antibióticos -, y (3) las legumbres y leguminosas.
Aunque en un primer momento reconocieron el término producto de montaña como un criterio que favorece el bienestar animal. Esta vez, su inclusión en el texto ha sido rechazado por estar refiriéndose a un criterio de calidad. Hay que dejar claro que los productos de montaña contribuyen a la sostenibilidad de unos ecosistemas frágiles, tal como se refleja en el reglamento 1151/2012. Por ello, seguiremos insistiendo en su reconocimiento para que países como Italia, Francia, Austria, los Balcanes, Portugal, Suecia, Rumanía y España puedan implementar medidas adicionales en sus Pliegos de Compras Verdes.
La defensa de Mensa Cívica por una pesca artesanal de litoral, de acuerdo a algunas experiencias de pesca sostenible en nuestro país (ej. AZTI, Fundación Lonxanet), como medio para estimular una mayor toma de conciencia entre la ingesta de pescado y la sostenibilidad de la fauna marina, tampoco ha sido logrado. La búsqueda de buenas prácticas y acuerdos sobre normas de certificación y trazabilidad podrían establecer la posibilidad de que se entendiera estas prácticas de gestión de pesca responsable como un paso para la defensa de los ecosistemas marinos y la reposición de una pesca sostenible en los mismos. No obstante, y dado que la pesca artesanal litoral aplica el criterio de estacionalidad local – entendiendo como tal que un alimento ha sido producido en la temporada de producción natural y consumido dentro de la misma zona climática -, tal vez aún pueda ser considerado por los poderes adjudicatarios como un criterio de adjudicación en sus ofertas.
Las dietas vegetales con legumbres van adquiriendo relevancia, de cara al verdeo de la PAC y una alimentación sostenible. Nuestra contribución al campo de las legumbres y leguminosas ha sido posiblemente la más exitosa, ya que en el nuevo documento reconoce las legumbres como fuentes proteicas de origen vegetal en los menús (página 42) y anima a su inclusión para un mayor consumo de alimentos vegetales y una reducción de productos cárnicos y lácteos (página 43). Asimismo, admiten nuestras observaciones en relación a las mediciones del consumo de una dieta más rica en legumbres, frutas y hortalizas en relación a la carne – g de verduras, frutas y legumbres/comida -(página 282). No obstante, aún creemos que queda trabajo por hacer en referencia a:
valorar el consumo de una biodiversidad legumbrista que incluya la presencia de germinados de legumbres (lentejas, alfalfa, etc), y
su conexión con el verdeo de la PAC y la necesidad de consumir legumbres que contribuyen a a minimizar el impacto ambiental, reduciendo la carga sobre el territorio de abonos químicos y recursos hídricos, y contribuir a nuestra salud y cultura gastronómica.
Otros criterios que Mensa Cívica considera positivos se refieren a:
Los productos ecológicos y los productos de comercio justo y ético, cuyos niveles de nivel de ambición han sido incrementados con el fin de que los contratistas tengan la libertad de fijar el valor más apropiado atendiendo a la especificidad del lugar en el que se haya lanzado la oferta para aquellos productos que se consideran ampliamente disponibles en el mercado de la UE.
El cambio de un ‘uso responsable de antibióticos’ a ‘un uso mínimo de antibióticos’. Como destacábamos en nuestro posicionamiento sobre el tema de la resistencia a los antimicrobianos en la salud humana y animal, la resistencia a los antimicrobianos supone una amenaza para la salud pública, yun gran impacto en los ecosistemas (terrestres y acuáticos), la biodiversidad y el sistema alimentario global. Por ello, abogamos por una mayor transparencia y vigilancia en todo el sistema farmacológico, una mayor supervisión veterinaria para mejorar el estado general de salud del ganado y pescado para reducir el uso excesivo de antibióticos, la búsqueda de alternativas naturales, y una mayor implicación de la sociedad civil para adoptar buenas decisiones de compra, pues todas estas externalidades no se incluyen en el precio del producto.
La inclusión de medidas y prácticas de gestión medioambiental, tales como:
La formación del personal en materia medioambiental por tipo de empleado, función o experiencia en la empresa
La clasificación de los residuos (g/ comida) al menos en: papel / cartón, vidrio, plástico, metal y residuos orgánicos/alimentarios, donde la prevención de estos últimos debe primar
La medición de los consumos de energía (kWh / comida), de agua (l / comida), y en el caso de que el contrato para los servicio de catering incluya la entrega de alimentos y el transporte, el consumo de combustible de los vehículos utilizados (l / km.comida).
Se considera que los sistemas de gestión medioambiental certificados con arreglo a la norma ISO 14001 o EMAS y los servicios que posean una etiqueta ecológica de tipo 1 cumplen los objetivos medioambientales mencionados anteriormente. No obstante, tal y como marca el nuevo Informe de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo sobre la revisión de la aplicación del Reglamento (CE) n.º 1221/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de noviembre de 2009, relativo a la participación voluntaria de organizaciones en un sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales (EMAS), y del Reglamento (CE) n.º 66/2010 del Parlamento europeo y del Consejo, de 25 de noviembre de 2009, relativo a la etiqueta ecológica de la UE, la gestión de las EMAs todavía tiene que incrementar su valor añadido y actuar como una herramienta efectiva en los futuros concursos de Compras Verdes y servicios de catering de las administraciones públicas en Europa.
La especial atención que se da a los productos químicos y fungibles, entre los que destacan los productos de limpieza (para el lavado de manos, lavaplatos y productos de limpieza de rutina), y que deben cumplir con los requerimientos marcados por la ecoetiqueta europea o EcoLabel
No obstante, todavía nos oponemos al criterio que incluye los aceites de palma, palmiste y soja bajo la indicación de aceites y grasas medioambientalmente responsables, ya que sus cultivos tiene consecuencias negativas de gran alcance para el medio ambiente y la salud humana debido al alto uso de plaguicidas, el riesgo de establecimiento de nuevas tierras de cultivo a expensas de las zonas forestales y de sabanas ricas en especies, la erosión del suelo y las condiciones de trabajo de los trabajadores y la comunidad que los rodea. De igual manera, en este criterio no se incluye la soja utilizada como alimento para el ganado debido a la falta de esquemas de certificación que van más allá de la línea hasta el producto final, lo que significa que no alcanzan el nivel de la carne o el producto lácteo. Este es un gran obstáculo para que los compradores públicos puedan verificar el criterio y reducir nuestra dependencia a las importaciones de fuentes proteícas de terceros países para la elaboración de piensos.
Todavía no sabemos qué dificultades o alcance tendrán estos Pliegos en las distintas políticas y programas de contratación pública verde de cada país miembro de la UE, pero creo que verdaderamente representan una rara oportunidad para crear un sistema alimentario más sostenible y equitativo, en el cual los gobiernos proporcionen un ejemplo de liderazgo y un mayor dialogo con otros actores implicados en el proceso (productores, distribuidores, y consumidores) para alentar a unas dietas y estilos de vida más saludables y nutritivos, y un aumento en la rendición de cuentas en el sistema alimentario.
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